ATENCIÓN: A continuación leerás una «INTERPRETACIÓN RIGUROSA PERO NO EXTREMISTA» sobre el mundo de los vinos naturales, libres y biodinámicos.

Para hablar de vino natural podemos empezar hablando de qué es el vino

  • El vino es jugo de uvas fermentado.
  • Proviene de la fermentación alcohólica (levaduras alimentándose del azúcar presente en su jugo y transformándolo en alcohol) de uva fresca que se cosecha.
  • Puede utilizarse el racimo entero (junto a su esqueleto), solo el jugo o solo los granos, luego se muele o pisa, macera y fermenta hasta que la transformación de azúcar-alcohol llegue al punto deseado, se embotella y se bebe. 

Esta es la manera en la cual se hace vino desde que las primeras personas, en la edad antigua, descubrieron la fermentación espontánea de los azúcares de la fruta convertida en alcohol, lo cual daba un sabor delicioso y un efecto estimulante.

Después pasó a ser un bien comercializable que entre otras ideas, debía ser estandarizado, elaborado en menos tiempo y mayor cantidad, lo que inició el uso de métodos diferentes de mayor intervención como filtraciones, clarificaciones, adición de sulfitos y otros conservantes, acidificaciones (correciones de acidez), agregado de azúcar y levaduras químicas (lo peor de todo), ósmosis inmersas, desalcoholizaciones, etc, etc, etc.

El vino natural es, no intenta ser.

Es jugo de uva fermentado, y en lo posible, nada más.

Expresa una alquimia pura y sana de la naturaleza, su tiempo, su lugar de origen, las personas que hay detrás y el clima solar y lunar de cada año.

Saben diferente? Sí claro, los vinos naturales saben diferente.

Tienen más sabor a uva, a su varietal o variedad (si hablamos de la criollada) y una mutación de aromas que los vuelven emocionantes y aventureros.

Suelen tener más acidez, lo cual también ayuda a que se conserven mejor.

Hay colores y texturas nuevas.

Hay perfiles clásicos, cuando se usan barricas viejas o de primer uso
(si, en el vino natural TAMBIEN puede usarse ‘madera’).

Y entran más en juego vinificaciones en cerámica, concreto y vidrio.

No suelen ser filtrados ni clarificados, para mantener su viveza. Pueden tener sedimentos y algo de gas carbónico dentro, pero estos no son defectos, son un fiel sello de su naturalidad. Vinos turbios y vivos.

Las uvas proceden de viñedos sanos, bajo lineamientos de diferentes agriculturas sustentables, ecológicas, orgánicas o biodinámicas. Son vides que crecen en ambientes vivos y simbióticos sin agrotóxicos o pesticidas.

Su nivel de materia orgánica hace seguir mutando al vino hasta luego de embotellados, al descorchar los despertamos y siguen evolucionando.

A escala humana, cada momento se lleva al ritmo de la naturaleza.

Hay productores/as que no tienen la posibilidad de tener un viñedo y por eso buscan uvas sanas para poder elaborar, aunque a veces no se puede conseguir la mejor uva. Aún así los vinos resultantes son elaborados sin correcciones y libres de aditivos de síntesis química.

Otro caso puede ser que la uva sea de origen agroecológico/biodinámico pero debido a factores externos como heladas, lluvias continuas que generen hongos como botrytis, entre otros, corra riesgo la vinificación por no estar “sana” al 100%. Esto puede poner en alerta la propagación de bacterias (que no queremos que proliferen) y puedan dañar al vino, en ese caso es tolerable el uso de sulfitos para evitarlo y aún así conseguir un vino libre.

Pueden suceder muchas situaciones dentro del momento de hacer un vino y cada caso es único. Al final, lo que importa es que el vino esté lo menos intervenido posible. Recalcamos lo «posible» porque los productores/as que, generalmente son pequeños y trabajan con un producto vivo, no pueden darse el lujo de perder una cosecha entera por estos motivos, y aun así continúan con la idea de que el camino sea lo más limpio y respetuoso al entorno posible. Siempre con coherencia y con un motivo para cada decisión acorde al contexto.

Que sepas de dónde viene, quién lo hace y cómo lo vive.

La fermentación del alcohol era un acto colectivo, de ritual y de comunión entre personas.
Hoy, lo estamos recuperando.
La experiencia y el contexto donde lo bebés también forma su historia.
Está vivo porque conecta personas y lugares.